La entrada de hoy se la dedicamos a las crisopas, unos ecoamigos del huerto bastante desconocidos.
Las crisopas verdes
son unos insectos de la familia Chrysopidae del orden Neuroptera, o
insectos de alas nervadas. Existen alrededor de
85 géneros y 1500 especies en el mundo. Los miembros de los géneros
Chrysopa y Chrysoperla son muy comunes en Norteamérica y en Europa. También hay
crisopas marrones, pero pertenecen a una familia diferente, la Hemerobiidae.
CARACTERÍSTICAS
Las crisopas verdes son capaces de desarrollarse en una amplia gama de
condiciones y sus hábitats suelen ser
las cosechas, el campo y los jardines. Son insectos delicados con una
envergadura de alas de entre 6 y 65 mm, aunque los especímenes más grandes sólo
se desarrollan en las regiones tropicales. Las adultas tienen el cuerpo blando,
cuatro alas transparentes que contienen una red de finas venas, ojos dorados y
cuerpos verdosos. Se suelen desplazar por la noche y se las puede ver cuando
son atraídas por alguna luz. Las crisopas adultas están divididas en dos
categorías según sus hábitos alimenticios: unas son depredadoras y otras únicamente
se alimentan de melaza, néctar y polen.
CICLO DE VIDA
Los adultos se sienten atraídos por el olor de la melaza de
los áfidos (pulgones), por lo que ponen sus huevos cerca de éstos.
EMPLEO
Las crisopas (verdes o marrones) son insectos depredadores
muy apreciados en muchos sistemas de agricultura. La crisopa verde común es la
más utilizada y comercializada, y realiza un control natural de numerosas
plagas. Se venden sus huevos o sus larvas, ya que las crisopas adultas no son
depredadoras y pueden salir volando a otros sitios.
A la hora de transportar larvas hay que mantenerlas
separadas debido a que son caníbales. Se suelen transportar en botes que
contengan trigo (para cobijarse unas de otras) o en contendores que contengan
celdas.
Las larvas detectan a
su presa mayormente por el sentido del tacto, ya que sus otros sentidos no
están muy desarrollados. Tiene forma de gusano, son peludas y tienen unas piezas
bucales muy desarrolladas. Atacan a la
presa embistiéndola y atravesándola, la inyecta una enzima y cuando se disuelve
el cuerpo de la presa, la succionan. También utilizan su larga cola como agarre
estabilizador en el momento del ataque.
La larva también es conocida como: león de los áfidos por su
voracidad. Aparte de áfidos, en su menú también se incluye cualquier plaga de
cuerpo blando que pueda cazar como las cochinillas de los cítricos y la
algodonosa, ácaros, trips, orugas, huevos de insectos, etc. La larva también
puede tener un comportamiento alimenticio caníbal si no dispone de otra fuente
de alimentación. Durante las 2-3 semanas que se encuentra en este estado puede
llegar a devorar hasta 200 víctimas a la semana. La crisopa puede tener de 1 a
2 generaciones al año.
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