No podíamos pasar sin dedicar una entrada a una de las hortalizas más desconocidas, y sin embargo con más propiedades: los rabanitos.
Los rabanitos, cuyo nombre
científico es Raphanus sativus, son
uno de los alimentos que aportan a nuestros platos nutrientes esenciales que
contribuyen a mejorar y mantener una buena salud. Son originarios de Asia y pertenecen
a la familia de las Crucíferas al igual que el brócoli, coliflor, coles de
Bruselas, berza, rúcula, berros o nabos.
El rabanito es la raíz comestible
de la planta y podemos encontrar variedades de varios colores, desde el blanco
hasta el negro (el que más propiedades medicinales posee), pasando por
rabanitos en tonos morados, rojos y rosas.
Propiedades de los rabanitos
Los rabanitos contienen vitaminas
del grupo B y C y minerales como el potasio, yodo, magnesio o hierro.
Tienen propiedades
inmunoestimulantes, antimicrobianas, coléricas, antisépticas carminativas, antianémicas,
antiinflamatorias, depurativas, antioxidantes, expectorantes, diuréticas,
colagogas, hepatoprotectoras y digestivas.
Beneficios de los rabanitos
Entre los innumerables beneficios de los rabanitos se encuentran:
- Favorecen el buen funcionamiento de la glándula tiroidea
- Combaten la fiebre
- Previenen la retención de líquidos
- Ayudan a nuestra flora intestinal
- Favorecen la eliminación de toxinas del organismo
- Reducen el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares
- Combaten el estreñimiento
- Alivian los síntomas de gripes y refriados
Cuándo y cómo consumir rabanitos
En primavera y verano los rabanitos
se cultivan al aire libre, mientras que en otoño su cultivo se lleva a cabo en
invernaderos. La mejor época para su consumo es en los meses de mayo, junio y
julio.
Cuando los compremos, debemos
seleccionar ejemplares carnosos, firmes y de piel suave, entera y sin fisuras.
Si conservan las hojas, éstas deben tener un color intenso, garantía de
frescura.
Para que los rabanitos conserven
sus cualidades durante más tiempo, es aconsejable eliminar las partes verdes,
ya que aceleran su desecación. También se recomienda guardarlos en el
frigorífico en bolsas de plástico perforadas. Así se garantiza su conservación
durante al menos una semana.
En general, los rabanitos se
consumen crudos, acompañados de salsas o como aperitivo, aderezados con aceite,
sal y pimienta. También se pueden consumir rehogados, o utilizarlos para elaborar
salsas de sabor intenso para acompañar a carnes.
Las hojas de los rabanitos también son comestibles y se pueden usar igual que otras verduras de hoja como por ejemplo en ensaladas, purés, sopas, guisos, etc.
Como los rabanitos pueden ser demasiado picantes para algunas personas, sólo hay que pelarlo para eliminar el picor.
Es muy frecuente utilizar los
rabanitos en la preparación de ensaladas junto con otros vegetales, ya que de
esta forma proporcionan un toque de color y sabor muy característicos y
refrescantes.
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